Después de la Primera y Segunda Guerra Mundial, nuestras generaciones están viviendo la Tercera Guerra Mundial… Viral.
Cada generación tiene su propia crisis global. El que estamos viviendo pasará a la historia.
No lo vimos venir. Sin embargo, sí, sabíamos que nuestro mundo se aceleraba, que la presión demográfica aumentaba, que nuestros estilos de vida sólo se adaptaban bajo la presión de una agitación general.
A nuestro alrededor, la gente caía en el agotamiento. Nuestros fines de semana se parecían a nuestras semanas, sin desconexión. También nuestras vacaciones. Así que buscamos reconectarnos con nosotros mismos, con nuestros seres queridos, con la naturaleza.
Un mundo que se mueve más rápido, un mundo que late más fuerte. Un mundo internacionalizado. Un mundo en el que muchos de nosotros buscábamos nuestro rumbo. ¿Por qué todo esto? ¿No nos estamos olvidando de nuestra tierra, nuestro medio ambiente, la gente que hemos dejado atrás? O más personalmente, más egoístamente, nuestro bienestar…
En un momento en que el hambre en el mundo ya no estaba en los medios de comunicación, en que ciertas ONG intentaban en vano alertar a la opinión pública sobre la violencia económica y social, en un momento en que pensábamos que el mayor virus con el que nos íbamos a encontrar era el informático, aquí viene el mal de otra parte.
Nos permite detener el torbellino. Nos obliga a detenernos, a cuestionarnos, a empezar de nuevo.
Tomémonos el tiempo para luchar contra este invisible y aún no virtual enemigo físico.
¿Y si este mal, al que hemos dado un nombre, es sólo la cara visible de un mundo, de gente, de sufrimiento.
Lo que queda será la victoria. Mañana queda por escribir.
Para ganar esta guerra, hagamos que el respeto por el medio ambiente, por los seres humanos, por el bien común… sea… ¡viral!