Desde 1993, cada 22 de marzo, las Naciones Unidas celebran el valor del agua. Este Día Mundial del Agua nos da la oportunidad de recordar la importancia de este recurso que para algunos puede parecer totalmente dado por sentado, pero que para millones de personas en este planeta sigue siendo un lujo.
Según datos de la ONU de 2018, más de 2.000 millones de personas viven en países con estrés hídrico. Esta cifra se eleva a 4.000 millones en algunos meses del año en función de las sequías. En la región árabe, más del 85% de la población vive en condiciones de escasez de agua (UN WWDR, 2021).
El crecimiento de la población y nuestras pautas de consumo están provocando la sobreexplotación de las reservas de agua subterránea y superficial.
En 2015, la FAO señaló que solo el sector agrícola es responsable del 71% de las extracciones de agua en todo el mundo. La industria (incluido
el sector energético y la electricidad) ocupa el segundo lugar, con un 19% de estas extracciones, por delante de los municipios, que representan el 12% restante (AQUASTAT, 2016).
El aumento de las temperaturas vinculado al cambio climático acentúa aún más este fenómeno de pérdida de nuestros recursos de agua dulce.
A este primer problema de la disponibilidad del agua se suma el de su accesibilidad. En algunas regiones del mundo se dispone de agua, pero las poblaciones no tienen la infraestructura necesaria para distribuirla o para beneficiarse del agua limpia.
En África, mientras que el continente cuenta con casi el 9% de los recursos de agua dulce del mundo, los 27 países africanos más pobres no tienen ni siquiera una décima parte. Los seis países más ricos en agua de África Central y Occidental, incluida la República Democrática del Congo, disfrutan del 54% del total de los recursos hídricos de África, mientras que los 27 países más pobres en agua sólo comparten el 7% (Oficina Regional de la UNESCO para África Oriental, 2020).
Además, en algunos estados, los fondos asignados no son suficientes para garantizar la aplicación de la legislación sobre la contaminación del agua y la sobreexplotación. No se anima a las industrias, las centrales hidroeléctricas, las empresas mineras o los agricultores a actuar de forma ecorresponsable con respecto al agua. Los países de América Latina y el Caribe se ven especialmente afectados por este problema de contaminación del agua. Tienen una grave carencia de infraestructuras de saneamiento y son recurrentes los enfrentamientos entre las industrias y las poblaciones locales por la contaminación. En 2018, la proporción de aguas residuales debidamente tratadas en Argentina era solo del 22%, del 23% en Colombia y del 34% en Brasil (DESA, 2018). Los niños menores de 5 años son las primeras víctimas de esta falta de agua potable.
(c) Humanium.org
En Asia y el Pacífico, donde se aloja el 60% de la población mundial, la disponibilidad de agua per cápita es la más baja del mundo. Están surgiendo iniciativas para intentar combatir este estrés hídrico. En Kumamoto (Japón), por ejemplo, el municipio ha creado un sistema de pagos por servicios ambientales (PSE). Estos planes pretenden animar a los agricultores a llevar a cabo acciones que mantengan o restauren los ecosistemas. En Kumamoto, desde 2004, los agricultores pueden recibir subvenciones para inundar sus campos de arroz durante el periodo de barbecho (entre mayo y octubre, cuando la parcela queda inactiva) con agua del río Shira. Esta iniciativa, financiada por agentes públicos y privados, ha permitido aumentar las reservas de agua subterránea a lo largo de los años.
Campos de arroz de Kimamoto en otoño (c) Mandy Bartok
Como miembro de la red pS-Eau, International Impact se compromete con el desarrollo y la preservación de los recursos hídricos, conozca más sobre esto leyendo el nuevo informe anual de las Naciones Unidas.
Texto de Charlotte Chaussat, responsable de programas de International Impact
Fuentes :
https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000375750_fre
Rapport mondial des Nations Unies sur la mise en valeur des ressources en eau 2021: la valeur de l’eau : https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000375725